20 abril, 2013

Desvaríos escolares

 Me siento, sonrío. Saludo a quien hay que saludar, al que no no. Escribo cuatro lineas y las miro con aprensión.
 ''En un lecho de rosas,
 con perfume penetrante y dulce,
 solo hay amor a mi lado,
 solo amor a mis pies''
 Me asqueo. Demasiada miel. No me gusta la miel, ni la hiel, pero si el hielo. Desvaríos, como amo esa palabra. Estoy dejando escapar mi inspiración por donde sea. Y escribo. Me gusta ponerle pausas dramáticas a la lectura. Pausas. Así como improvisaciones a veces. La profesora habla de geografía, ya se, montañas, llanuras y todo eso. Me pican las cicatrices de la pierna y no puedo rascarme. Hay una mancha en la pared con forma de milanesa y me da hambre. La tiza es larga y finita como una salchicha y me da hambre. El dibujo de un helado en una hoja me da hambre. Tengo hambre. Trato de escucharla a la profe...aham, erosión, montaña, llanura, volcán, si, ya sé...krakatoa y parangutirimicuaro. Pienso en el solo de guitarra de Grab the Devil by the Horns and Fuck Him Up the Ass y me río. Y así hasta que el tren del pensamiento me lleva hasta Sheldon Cooper :) Bazinga! Franco se ríe de mi, de Sheldon, de Bazinga! y de todo en general y eso me hace feliz. No es fanatismo ni obsesión, es adoración (?) Seh, claro. Vamos, focus, Geografía. Miro a la profe, trato de escucharla pero el papel me llama con voz fantasmagórica. ''Agustinaa'' me dice, me susurra, me insta a seguir escribiendo. Y mas locuras, mas locuras inciertamente divertidas y locas. Taradeces que no alcanzan a rozar la lógica ni aunque se pongan de puntitas. Nada. Me voy. Tocó el timbre y no pienso seguir escribiendo.

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