01 marzo, 2019

Agustonta


Tenés miedo, Agustonta.
Tenés miedo.
Temés no ser más
   que las mentiras que decís
      de vos misma.
Temés ser la bolita griste
   que creés que sos.
Pero no hay forma
   no hay forma de que sepas qué sos
El espejo siempre va a mostrarte
   lo que querés que te muestre
            No más
            No menos
Dejá de inventarte ojeras,
   y pecas, y grietas, y dolor,
      donde no hay.
Dejá de creerle a la voz
   de tu corazón roto
que te dice que no merecés
      que te quieran.
Ser amado no se trata de merecer
porque el amor nunca fue meritocrático.

Tenés miedo
   y mirás para otro lado
   y silbas bajito
   y te hacés la tonta.
Porque aprendiste de chiquita.
            Ojos que no ven
            corazón que no siente
                            que no siente.
Y sentís que no sentir
   es lo mejor que podría pasarte

Despertate, Angustina
   que tenga que doler, si duela
  que tenga que romper, si rompa
 que tenga que sanar, si sane.
Porque con los ojos cerrados
   todavía podés sentir la lluvia
   pero no podés ver el arco iris.
Dejá de joder, abrí los ojos.
Buscá tu reflejo en los ojos de los otros
   porque ahí vas a encontrarte

T i r e d


Estoy cansada
Mi cuerpomente
Mi cuerpoalma
Toda yo
            estoy cansada.

Y el cansancio me pesa,
   me pesa en los hombros atlánticos
    me pesa en los brazos que me mantienen a flote
     pesa en los párpados pesados que no puedo cerrar
      me pesa en el alma yerta que acarreo en contra de mi voluntad
Y ando pateándome el corazón
   que se me enrieda con los cordones.

Estoy cansada
   y lo que más me pesa es ser
            siempre

La segunda opción
la segunda marca
el premio al esfuerzo
el premio consuelo
            el consuelo
el “seguí participando” de una tapita de gaseosa
la última de la fila para armar los equipos de gimnasia
una caja de figuritas repetidas
(late late late late late)
el bocado de la vergüenza
el outlet de la gente que conozco
la remera vieja al fondo del cajón
el plan B C D E Ω
el repuesto
el descarte

Tanto tan cansada
      de ser irremediablemente invisible
   de ser siempre esa
            voz que queda a
                      media
                        oración.
Pasada por tierra, por agua, por
                                                      olvido.