14 noviembre, 2018

En algún momento
Hace cierta cantidad de meses
Por motivos que no termino de saber
Movida por pulsiones desconocidas
Me asesiné.

Me agarré del cuello, traté de sacarme el aire,
pero no tengo fuerza en las manos y logré zafarme y me dejé caer.
Traté de arrastrarme, de huirme,
  pero me agarré por los tobillos y peleé por soltarme.
Me tambaleé hasta la bañera donde me hundí la cara en el agua.
Traté de resistirme, en serio traté.
Traté de agarrarme del pelo, de la ropa, de donde sea.
Me arañé los brazos tratando de hacer que afloje un poco el agarre.
Pero la fuerza de mi peso no me dejaba levantarme,
  y me ahogué en mis propias lágrimas de pánico.

Y ahora acá estoy,
  Habitando mi propio cuerpo vacío.
  Sobreviviendo en la nada que me llena,
  en el eco que resuena como estática en mi pecho.
Acá estoy,
  tratando de que nadie se de cuenta
  de que mi sonrisa no es tan auténtica como me gustaría,
  y que si mis ojos brillan, es por las lentes de contacto.

Y ahora
Meses después de mi muerte,
del luto que nunca hice por mi.
Quisiera poder volver
Quisiera saber volver
Quisiera tener idea de dónde dejé mi alma.
Quisiera no tener que llenarme las uñas de tierra,
desenterrando y enterrando cadáveres.
Cadáveres de otros.
Cadáveres que no se muy bien
   de dónde salieron
   pero están ahí.
Quisiera saber qué hacer si encuentro el mío.

Quisiera poder volver.
Porque estoy cansada de decirme que lo hice por mi bien.
Que estamos mejor sin un alma que se rompa.
Que la apatía cadavérica de este cuerpo
    me ayuda a sobrevivir sin quebrarme.
Que sin alma no hay vínculos, y sin vínculos nadie puede hacerme llorar.
Aunque en realidad el chiste es que nada puede hacerme llorar.
    Ni reír, si vamos al caso.
Estoy cansada de ser mi propia enemiga y mi única aliada.
Estoy cansada.
Tan cansada que me cuesta levantarme de la cama,
Y decidir qué ropa ponerme,
Y tomar la decisión totalmente lógica y calculada de sonreirle a mi vieja,
Y de decirle que estoy bien,
Que estoy un poco cansada nomas
Que debe ser que estoy comiendo mal
Que no se preocupe
Que todo va a salir bien al final
Que ahora no voy a volver a llorar
Que lo hice por mi
Que el luto lo llevo en los ojos
Que estamos mejor así, no te parece?
Que no le diga a nadie, ni a mi vieja.

Y que este poema es un error
Que ahora nadie va a quererme

 Que todo el mundo me va a ver como una pobrecita y a tenerme pena.
  Que nadie podría nunca enamorarse de una mina vacía
   Que ahogar mi alma en la bañera fue la única decisión que tomé por mi misma en mi puta vida
   Y que debería estarme agradecida por haberme sostenido la cara bajo el agua hasta que el alma se me escapó por los ojos en forma de lágrimas porque así nunca nadie va a lastimarme de nuevo y nunca voy a tener que cargar el peso de mis propios errores porque todo me importa tan poco en comparación con la culpa de haberme asesinado.

Y que
No importa si desentierro mi cadáver,
ni si me pego el alma al cuerpo con cinta scotch,
  Y juego un poco a tener el derecho a ser feliz
  Y repito tres veces frente al espejo que me merezco la vida que tengo.
Siempre voy a estar esperándome al lado de la bañera,
lista para arrancarme el alma de los ojos de nuevo.
Porque somos un círculo vicioso, Agustina,
  y sabés bien que esa alma tuya hace mucho que está muerta,
    y ni toda la cinta scotch del mundo va a cambiar eso.