04 noviembre, 2017



No, no temo a la muerte
    pues convivo con ella.
Muero todos los días,
    a todas horas.
En lo macro y en el micro.
    En flores, y horas, y sueños, y personas.
    En colectivos perdidos,
    (just for a second)
    En dibujos manchados.
    En parciales desaprobados,
    (stained with tears and failure)
    En cosas rotas
    (beyond repair)
    En ese mensaje nunca contestado.
    En la estática de las horas de trasnoche.
Muero con cada pequeña
    desgracia cotidiana.
Muero en cada detalle que hace
       que me pierda.

01 noviembre, 2017

Instrucciones encontradas en el dorso de una hoja


Para romper un corazón
                se necesitan:
Un bol,
un corazón,
y, opcional,
                un paño caliente.
Tomar el corazón
                con ambas manos.
Chocarlo, golpearlo,
                cascarlo (y toda su sinonimia)
contra el borde del bol,
 hasta rajarlo.
Derramar en el recipiente
                sentimientos, expectativas,
                el amor, os sueños, la vida.
Sacar los recuerdos revueltos
y arrancar de un tirón
                el cariño sobrante.
Desechar todo el contenido.
Como paso adicional
colocar el paño caliente
sobre si pecho de hielo
                para aliviar la insensibilidad.

23 septiembre, 2017



El wifi no conecta.
Se aleja la posibilidad
de buscar lo que sea;
                cielos azules
                pastizales marrones
                perlas.
Flores de otoño.
No conecta y creo
que ya jamás podré
                volver a escuchar música.
     Canciones al son
     de una guitarra,
     ni medios duetos a media luz.
Solo me queda tararear
                las melodías conocidas
hasta que poco a poco
                               las olvide.
No hay wifi y
parece fútil seguir tecleando,
insistiendo en una red
                que no funciona,
                que está ya demasiado lejos
                para funcionar.
El wifi no conecta
                no conecta,
y parece que
ya nunca
                               va a volver.