08 diciembre, 2012

Poesia suicida

Al parecer asi son las cosas
dia a dia
el sol sale de entre las olas.
Llenando de alegría a todos
menos a mi vida.
En este mar profundo
ya no hay sonrisas

Inspirando a mil poetas
y a mil suicidas
el reflejo de Alfonsina
brilla lejos en la orilla

Derramando en mis mejillas
lágrimas tibias
Tratando de olvidar
la gente se olvida.
Sentada en la arena
saboreando la bruma.
El frío me cala los huesos
Veo que el cielo se nubla.

Aislada en mi mundo
En mi utopía
Donde en mi rostro
ya no hay sonrisas vacías
Donde la felicidad
se siente en la brisa.

Y quisiera que mi mundo sea real
Tan solo una brizna
Tan solo un instante
Una fracción de vida

Tan solo lo suficiente
Para quedar absorta
Pero el tiempo se acaba
La felicidad se agota

La vida se me escapa
Otra vez estoy sola
La lluvia cae del cielo
mojando mis ropas
El mundo no se destruye
por una suicida loca


Inspirando a mil poetas
y a mil suicidas
el reflejo de Alfonsina
brilla lejos en la orilla


Este poema es de hace mucho, pero me gusta. En ese tiempo estaba muy deprimida, y quería suicidarme. Pero ya nooo! :D Asi que aqui estoy :3


Leyendo

Paseo mis ojos sin ver por las líneas de letras ordenadas. ¿En qué idioma? No lo se, pero no en japones ni chino, porque las lineas son horizontales. La 'A' del principio tiene unos hermosos arabescos que se entrelazan, suben y bajan. Se desparraman como ramas, o como raíces...¿Cuál es la diferencia? El árbol es igual de arriba para abajo que de abajo para arriba. La vida no tiene sentido. Quizás eso la hace vida y no deja que sea una simple historia como la del libro que estoy leyendo. ¿Estoy leyendo? No, solamente me paseo entre los renglones como si fueran pasillos, pasillos de un laberinto sin inicio y sin final. Rodeada de puertas, entre palabra y palabra, que me llevan a otros lugares, jamás explorados. Lugares mágicos y fantásticos, o hastiados de la vida y todo lo que hay de ilógico en ella. Como este libro que leo. ¿Leo? no, no leo, virgo, yo soy de virgo. Pero no soy de esas personas que creen infantilmente que la posición de los planetas y de las estrellas el día de su nacimiento afecta en algo su personalidad...o su destino. ¿Para qué? es mejor creer que la que esta harta de la monotonía es la tierra. Y baila al ritmo de una melodía invisible, que suena solo para ella. Y se menea, y salta y nosotros acá nos agarramos de lo que podemos para no caer. Y por ahí también lee, la tierra. Lee como yo en este momento. Pero, ¿Qué sartas de mentiras estoy diciendo? Yo no leo, yo viajo. A traves de todo el cosmos sin despegar nunca. Me imagino sobre un unicornio o sobre una mantícora quizás. O me imagino en el colectivo, filosofando a traves de la ventana. Viendo sin ver el paisaje que transcurre por afuera, sin importarme. Pienso, vuelo, caigo, sueño, ¿despierto? Un bache me hace castañear los dientes, morderme la lengua, beber mi sangre, chillar internamente del dolor, maldecir al colectivero, al bache, a la naturaleza que causó el bache, al hombre que no arregló el bache, a la compañía del hombre por no pagarle para arreglar el bache, al municipio por no pagarle a la compañía para pagarle al hombre para que arregle el bache; y así hasta también maldecir al homo erectus, por haber evolucionado en la mama del presidente, y esta por haber dado a luz al presidente, y este por no organizado bien los negocios del país, y a este por no haberle pagado a la provincia para que le pagara al municipio para que le pagara a la compañía para que le pagara al hombre para que arreglara el bache...¿Confuso? Mejor asi, por lo menos vos lo lees, no como yo que todo esto se me ocurre mientras leo un libro que no se de qué habla, porque no lo estoy leyendo. O tal vez si. Quizás sea demasiado confuso y solo deba escribir:

Estaba la pájara pinta
sentada en un verde limón
con el pico cortaba la rama
con la rama cortaba la flor

¿Mejor? Así no es tan confuso, como este libro que estoy leyendo. Porque leer es genial, siempre y cuando no te caigas de la tierra mientras baila salsa y mientras no te pierdas en el laberinto de palabras. Y  mientras no te olvides de volver a la realidad antes de que se te pase la parada imaginaria de tu colectivo imaginario.
Ahora me voy a comer un yogur y a armar el árbol de navidad.