30 octubre, 2020

Ya sé,
ya sé que hace meses que no me ves.
Hace meses que no voy a jugar
y no voy a jugar porque no puedo.
No puedo porque estoy acá adentro,
adentro de mi propia cajita personal.

Y te extraño,
extraño tanto que corramos juntos.
Que corramos y me agarres de los tobillos,
que me agarres con tus manos frías, heladas,
y que tus manos frías quieran pasarse
pasarse y agarrar mis pantorrillas,
pasarse y agarrarme las rodillas,
pasarse y querer agarrarme los muslos.
Pero los muslos son mi límite y me río un poco
me río pero también me alejo un poco.
Y no me alejo porque no te quiero,
te quiero, te quiero muchísimo.

Espero que no creas que te olvidé,
no te olvidé, estas en todos mis sueños.
Sueño con tu voz ruidosa, atronadora,
tronando en mis oidos.
Sueño con tu voz serena, murmullante,
que cuenta los secretos del mundo.
Sueño con tu piel sedosa,
que acaricia tibiamente la mía.

Te extraño,
extraño el brillo del sol en ese azul verdoso
ese azul que siento que me conoce entero,
que siento que puede ver todo lo que soy.
Si soy a tu lado, puedo ignorar lo que duele,
y dejar que duela lo que tenga que doler,
porque al dolor lo lava la sal de tus lágrimas.
Y mis lágrimas se pierden en vos cuando lloro.
 

Ahora no estás para mojarme las lágrimas,
y pienso que si lloro lo suficiente,
pueda sentirme más cerca de vos.
Pero solamente siento que mi tristeza
es un mar en sí misma.


28 octubre, 2020

Pero de vez en cuando se me oprime el corazón, y lloro....

 Lloro porque no me duele
           porque siento sin sentir
           el dolor que no es mío.
Lloro porque tengo
    el privilegio de que no me duela
    y a pesar de eso
    no me sirve de nada.

Lloro porque si hablo
    piensan que soy el malo
y lloro porque si me callo
      lo pienso yo.

Lloro porque entiendo
que no entiendo nada,
y no entiendo
   cómo no entienden.

Lloro porque amo al que no me ama
                      entiendo al que no me entiende
                      respeto al que no me respeta
                      defiendo al que no me defiende
y cuido al que no me cuida.

Lloro en silencio
   porque el ruido y la furia
   se tragan mis lágrimas.

 

15 septiembre, 2020

t e t r i s

Mi cama es un tetris.
En la silueta rectangular aparecemos
   en nuestra forma                                                
   característica                                                Porque solamente hay
de ensamblarnos    
                                               una forma lógica
                                                                        de encastrar nuestras piezas.
                                                                                    Obvio. 

Casi puedo escuchar en mi mente
el tintililín de la música
cuando tu brazo
se enlaza
    en mi cintura
  y mi pierna
    se enrrieda en la tuya
  y tu cara
    pegada a mi cuello
  y mi boca                                                            Y entre tu pierna en L
    besando tu frente                                               y mi pierna palito recto,
  y mis manos                                                            el perro
    en algún lugar de tu espalda                                        hecho cuadradito,
                                                                                que completa la línea
                                                                               para que titilimos dormidos

                                           y desaparezcamos sin dejar rastro.        
                                                                               

16 junio, 2020

A la noche
tu cuerpo oscuro se recorta
en la penumbra de mi habitación.
Mis ojos no te conocen.
No sos más que una sombra extraña
    que se extiende negra a mi lado
    llenando la soledad nocturna.

 

Pero mis manos te ven.
Sienten
    la calidez de tu pulso
    en el vaivén de tu sangre aletargada.
Adivinan las formas suaves
    de tu cintura, de tu pecho, de tus brazos.
Reconocen la suavidad
    de tus yemas oscuras
    entretejidas entre mis dedos somnolientos.

 

Te veo con claridad
en el olor de tu pelo limpio
    que me cosquillea la memoria.
En el sabor de tus labios rotos
    que me contestan los besos a tientas.
En el sonido de tu corazón
    que palpita en el abrazo de mi pecho.

 

Mis ojos no te ven,
pero mi alma te conoce.
Y vibra de amor cuando tu mano
                invisible en la negrura que nos cobija
    roza mi piel, acariciándola.
En ese mimo
     que me dice
     que tu alma entre dormida reconoce
                mi cuerpo oscuro en la penumbra de la noche.

04 mayo, 2020

f i l o s a


(Tema sensible: Autolesión)

Hay una voz en mi interior
   que me llama
           me llama
y no quiero escucharla.

Me susurra que todo va a estar bien
   que ella sabe
   que todo es por mi bien
y no quiero escucharla.

Me dice que no sea hipócrita
   que ya fui
   que ya la seguí
y no quiero escucharla.

Me habla con su voz de hielo
   que sé que me voy a sentir mejor
   que después no me voy a arrepentir
y  no quiero escucharla.

Sabe murmurarme
   que ella tiene la solución
   que va a hacer que el dolor duela menos
y no quiero escucharla.

Y ya no quiero escucharla
   porque incontables veces
   escuché su voz filosa
                filosa como una gillete
                filosa como una hoja de sacapuntas
                filosa como una tijera
                filosa como un cutter
                filosa como una aguja de coser.
Escuché su voz
   y entretejí la telaraña
   que recorre mis muslos
     mis brazos
   y se desliza debajo de mi tatuaje
     ese que me hice para recordarme
                que si
                que la escuché
Tantas tantas veces lloré lagrimitas rojas
y tantas tantas me arrepentí.

Pero al final del día
   es mi decisión no hacerle caso.
Pero al final del día
  pasan los años
                y la sigo escuchando.

24 abril, 2020


En un costurero de lata
   guardé mis anhelos.
Entre mis hilos de bordar
     húmedos de lágrimas
     manchados de sangre de mis dedos.

En un costurero de lata
   guardé mis sonrisas.
Y con cada puntada
   repetía como un mantra
                “Mañana vamos a vernos
                    vamos a vernos mañana”
Mentira tras mentira.
Puntada tras puntada.

En un costurero de lata
   guardé mis hilos de seda
y enredados entre las hebras
   gurdé nuestros sueños en pausa.

En el costurero de mi bisabuela
   cajita de té oxidada,
guardé los  besos, guardé las miradas
      todo lo que quise darte
                                      mientras bordaba.