El cielo en la vereda
Bienvenide lectore a mis poemas... y otras cosas.
16 marzo, 2023
Un mimo desconocido
20 enero, 2023
Chiclín, caja
16 octubre, 2022
Romperme, dale rompeme.
Solamente vos sabés
los secretos de mi arquitectura.
Solamente vos conocés
los puntos débiles de mi alma.
Solamente vos recordás
los recovecos de mis planos.
Vos podés, con un toque,
derribar todo lo que soy.
Rompeme, querido, destrozame.
Solamente tus manos conocen
donde mi piel es más fácil de rasgar,
donde la hilacha se convierte en jirón.
donde el uso separó la trama
y dejo mis costuras al descubierto.
Con los ojos vendados
podrías descoser todo mi cuerpo.
Rompeme, mi amor, d e s h a c e m e.
Tus dedos saben encontrar
el troquel de mi espíritu.
Ahí, donde mi papel se dobló
y se abrió
y se dobló
y se abrió.
Ahí, donde antes me dijeron que me amaban.
Ahí,
sabés dónde.
Así que rompeme,
cariño.
Pega el tirón.
Encontrá
esa tirita roja
que envuelve mi corazón.
Y tirá.
Tirá con fuerza.
Tirá con todo.
Y vas a ver
cómo me desmadejo
frente a tus ojos,
hasta que no quede de mi
Nada más que un montón de lágrimas.
26 septiembre, 2022
Ecuación de género
30 agosto, 2022
simple
Yo soy una cosa muy simple.
Me rompo.
Me armo.
Me desarmo.
Lleno de oro mis huesos tristes.
Me pierdo en el océano Atlántico.
Simple como contar hasta tres.
Me enhebro.
Me coso.
Me rasgo.
Hilachas me cuelgan a los pies.
Me voy deshaciendo a cada paso.
Mirame el corazón a trasluz.
Me quiebro.
Me junto.
Me reparo.
Con cinta de enmascarar azul,
sigo entero aunque esté en pedazos.