08 mayo, 2016

Alula



Érase una vez una chica llamada Alula.
Alula tenía un secreto, bastante feo.
Alula era terriblemente torpe.
¿Por qué eso era tan feo?
Alula era la princesa heredera al trono.
Era la bailarina principal de la compañía.
Era la principal candidata en las elecciones.
Era la hija mayor, menor y la del medio.
Era la esperanza de su pueblo.
Era una artista prodigiosa.
Era el mejor promedio de su clase.
Era una promesa en los deportes.
Era la próxima gran escritora de su generación.
Era una actriz innata camino a la fama.
Todo el mundo veía mucho potencial en ella.
Por eso no podía ser torpe.
Era tan torpe que tenía las rodillas llenas de moretones púrpuras.
Era tan torpe que usaba mangas largas en verano.
Era tan torpe que un día se cortó con una cuchilla.
Era tan torpe que una vez se enredó con unas sogas y casi se ahoga.
Era tan torpe que lloraba y no sabía por qué.
Esa era Alula. Era bastante hermosa y tenía un buen futuro por delante.
Pero nadie se preguntó por qué era tan torpe.
Así que nadie se sorprendió cuando cayó por el balcón del tercer piso.
De puro torpe, supongo.

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