Suena el despertador, lo apago, me
despierto y me desperezo cual gato luego de dormir lo justo y necesario para
que mi cerebro funcione correctamente. Busco entre la pila de ropa amontonada
en la silla un pantalón y una remera, me visto, me miro al espejo y me asusto
del monstruo ojeroso y despeinado que me mira desde el otro lado del cristal,
tal vez casi tan estupefacto como yo. Me cepillo los dientes, derecha,
izquierda, derecha, izquierda, derecha, izquierda, derecha, izquierda, arriba,
abajo, arriba, abajo, arriba, abajo, arriba, abajo, ma’ si, como sea. Bajo las
escaleras de dos en dos, de tres en tres, los últimos cuatro escalones los
salto y caigo con el grácil silencio de un elefante con zapatos de tap. La
leche con café esta servida y los panes enmantecados, lo único que hago yo es
ponerles azúcar y engullírmelos antes de agarrar mi mochila cargada con 15 pins
y correr como desesperada por el pasillo en un intento de llegar al auto antes
de que papá arranque y sea demasiado tarde para mi. Me subo al vehículo y me
relajo, quedan unas 30 cuadras de recorrido mas los semáforos antes de llegar
al colegio. Colegio, que palabra mas aborrecible. Entro por la puerta y camino
derecho hasta mi curso, tratando de ignorar todos los demás entes que deambulan
en grupos centrados en sus propios pensamientos, o en los ajenos si es que no
pueden pensar por ellos mismos. Entro al salón y saludo a mis amigos, me siento
y me dispongo a vivir otras 4 horas de encierro forzado que no me
disgusta del todo, aunque son 5 los miércoles y los jueves. Timbre. Griterío y
amuchamiento de personas en el pasillo, reúno mis cosas con tranquilidad y me
voy del colegio, hasta mañana establecimiento educativo gubernamental. Casita,
comida casera hecha por mamá, almuerzo sazonado con radiantes pizcas de
conversación fraternal, quizás alguna estupidez dicha al azar que alguno se
tomó demasiado a pecho, o viceversa, levantar los platos y lavarlos, yo no,
alguien mas seguramente.Dependiendo del día tengo algo diferente para hacer.
Lunes: Clases de danza, Martes: Taller de escritura y Danza, Miércoles:
Contemporáneo, Jueves: Día liiiibreeeee!, Viernes: Computación y Danza,
Sábados: Japonés y contemporáneo. Por fin en casa, que hago ahora? Seguramente
me siente en la computadora y deje que la vida se me escape entre las teclas y
el mouse. Ver anime, estar en facebook, twittear, ver videos en youtube (siiii,
youtube!!), escuchar música (siii muuusicaaa!!) escribir, y escribir y escribir
y escribir y escribir y escribir y escribir y escribir y escribir. Mentira, no
escribo tanto...Cena, televisión, quizás un rato mas de compu pero no es muy
seguro. Piyama, luego cama. Lectura del libro del momento y seguramente
escritura en el diario lleno de faltas ortográficas, gramaticales,
caligráficas, sintácticas, técnicas, mecánicas, eléctricas y hasta de
retroalimentación de datos.Y después si, insomnio. Al final, como un invitado
que perdió el tren y se quedo estancado en algún tráfico imaginario, llega el sueño
por fin, pero solo le quedan los restos de una persona a la que el dia le pasa
por arriba.
Rutina...rutina!...RUTINA!...rutina?, yo no tengo rutina, tengo una serie de hechos que irremediablemente se repites todos los días, pero que no llegan a sacarme de quicio, el día que lo hagan espero que no estes aqui para verme fuera de mis cabales.
Rutina...rutina!...RUTINA!...rutina?, yo no tengo rutina, tengo una serie de hechos que irremediablemente se repites todos los días, pero que no llegan a sacarme de quicio, el día que lo hagan espero que no estes aqui para verme fuera de mis cabales.
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