¿Sabías que las orugas casi que se disuelven antes de ser polillas?
¿Sabías?
Si, mira yo te cuento.
La oruga nace de un huevo adosado a una hoja de la planta que le va a gustar comer. Desde que nace el mundo le dice "vos tenés que hacer esto de esta forma".
Come y crece, crece y come.
Ve la vida con sus ojitos negros de oruga.
Y cada tanto, cuando la ropa le queda chica, las va cambiando por una piel nueva, y por otra, y por otra.
Cuando sienten que el mundo ya les queda chico, se envuelven una última vez en capas y capas de seda que se endurecen para cuidarla.
Esa última piel es la más fuerte, viste?
Tiene que tener una piel dura porque es la que va a estar expuesta a los elementos mientras el cambio se da por dentro.
Entonces pasan a llamarse pupa o crisálida.
Adentro de la pupa el cuerpo de la oruga se disuelve en un montón de fluidos.
Aún así, hay estudios que demuestran que las polillas conservan recuerdos de su vida de oruga.
¿No es increíble?
Los recuerdos sobreviven al dolor de la sopa de oruga.
Y al final,
cuando la temperatura es correcta,
cuando el clima es correcto,
cuando pasaron la cantidad correcta de lunas,
la polilla rompe la seda de la crisálida y sale.
Al principio es una cosa mustia y mojada.
Pero bombea los restos de la sopa de oruga a las alas que se yerguen para que pueda salir volando.
El proceso entero se llama "metamorfosis"
¿Sabes lo que significa metamorfosis?
Viene del griego,
y significa "más allá de la forma anterior"